Materias primas no energéticas

Las materias primas no energéticas son insumos vitales para la economía de la UE, y son particularmente cruciales para el desarrollo de las tecnologías respetuosas del medio ambiente, como los coches eléctricos y la energía fotovoltaica.

Sin embargo, como los mercados mundiales de materias primas están cada vez más distorsionados por las políticas comerciales proteccionistas, mantener el acceso justo y sin distorsiones a estos materiales para la industria de la UE y los ciudadanos es cada vez más difícil. Dentro de la UE, la exploración y extracción tiene que enfrentar la competencia creciente de distintos usos del suelo y un entorno altamente regulado. También hay importantes desafíos a superar para mejorar la forma en que Europa puede aumentar la recuperación de materiales procedentes de residuos.

El 2 de febrero de 2011, la Comisión Europea adoptó un documento de estrategia , que establece medidas específicas para garantizar y mejorar el acceso a las materias primas para la UE. Sobre la base de la primera Comunicación sobre la Iniciativa de Materias Primas, publicado en noviembre de 2008, este nuevo documento de estrategia persigue y refuerza el enfoque basado en tres pilares para mejorar el acceso a las materias primas para Europa. Estos pilares son:

1. La feria y el suministro sostenible de materias primas en los mercados internacionales

2. Fomento de suministro sostenible en la UE

3. Impulsar la eficiencia de los recursos y promover el reciclaje

Esta nueva estrategia también incluye consideraciones importantes en relación con la estabilidad y la transparencia de los precios de los productos básicos.

La Comisión Europea ha identificado una lista de 14 materias primas de importancia económica que están sujetas a un mayor riesgo de interrupción del suministro. Hay varias razones para esta fuente de riesgo elevado, uno de los cuales es la alta concentración de la producción de una materia prima en un país fuera de la UE.

El riesgo de suministro también puede ser acentuado por la baja estabilidad político-económica de los principales proveedores, así como por la sustitución de bajas y bajas tasas de reciclado de la materia prima en sí.

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