¿Crisis alimentaria hasta el 2015?

La sombra del proteccionismo

Algunos países, sobre todo los emergentes, donde hay más población por debajo del nivel de pobreza, ya han comenzado a tomar medidas. China ha recortado las importaciones de maíz previstas para este 2011 debido al alza del precio. Además, está utilizando sus reservas estratégicas de esos alimentos para aumentar la oferta en su mercado doméstico y evitar la subida de precios.

Al reducir sus reservas, Pekín deberá aumentar su demanda en los mercados internacionales, lo que incrementa la expectación en los mercados de materias primas, con el consiguiente alza de las cotizaciones. Por ejemplo, entre 2011 y 2012, se prevé que China compre el 60% de las exportaciones mundiales de soja, el doble de lo que adquirió hace tan sólo cuatro años.

El Gobierno indio ha anunciado medidas contra la inflación que podrían incluir la prohibición de exportar trigo y sus derivados. Con estas decisiones, tanto el G-20 como la ONU ya han colocado este asunto en lo más alto de sus agendas. Francia, como actual presidente del grupo de reúne a las 20 mayores economías mundiales, ha encargado un informe urgente al Banco Mundial para averiguar el impacto que la subida de alimentos y cómo evitar el regreso del proteccionismo y la extensión de la hambruna.

Como resume el jefe de inversiones de la firma londinense Emergent Asset Management, David Murran, «si se observa la demografía, el nivel de producción y el impacto del cambio climático, entonces sólo estamos al comienzo de esta crisis».
La crisis alimentaria no es fruto de una coyuntura económica determinada, sino que ha venido a quedarse. Lo ha confirmado el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, que ha vaticinado que la escasez de alimentos continuará hasta el 2015 por los precios elevados de los granos.

De hecho, Zoellick ha descartado que se pueda volver a los niveles de precios de 2004, por lo que ha pedido a los países que modifiquen sus políticas de producción alimentaria con el fin de garantizar el suministro de los granos básicos a las poblaciones.

«Esperamos un repunte de la oferta de alimentos que permita frenar los precios», ha vaticinado el presidente del Banco Mundial en una rueda de prensa celebrada en México.

Biocombustibles alternativos

Zoellick ha reconocido también que existe un debate sobre el uso de granos y productos agrícolas, como el maíz en Estados Unidos y la caña de azúcar en Brasil, para promover la producción de combustibles biológicos, ya que pueden encarecer los precios alimentos.

En ese sentido, ha instado a los países a buscar una nueva generación de bioombustibles con materiales procedentes de la celulosa sin encarecer los precios de los alimentos.

Zoellick ha recordado que la institución que dirige ha convocado a todos los países socios a establecer un fondo de emergencia de 750 millones de dólares para apoyar a las naciones que tengan problemas de abastecimieto de alimentos.

El papel de la especulación

El director del FAO, Jacques Diouf, ha manifestado en la rueda de prensa que la crisis tiene sus raíces en «bases objetivas» pero que luego han sido aprovechadas por los fondos de inversiones especulativos.

Entre esas bases objetivas, ha citado el impacto del cambio climático en la producción, con fenómenos como sequías e inundaciones. Estas circunstancias han llevado las reservas a su nivel más bajo desde 1980.

Diouf ha señalado también la demanda creciente por el alto crecimiento de los países emergentes asiáticos, como China e India. También tienen un importante papel el crecimiento de la población mundial y los biocarburantes, a los que se dedican un tercio de muchas cosechas de productos como maíz.


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